El rastreo
Lo básico: Al igual que cuando andas por el campo vas dejando unas huellas que indican al que sabe mirar por donde has pasado o por donde ha pasado cierto animal, cuando navegas vas dejando un rastro similar al de una persona con las botas llenas de petróleo en un suelo blanco brillante. Esto ocurre sin que te des cuenta, gracias/por culpa de las cookies.
Para saber más: Es mucho el dinero que generan los datos que las webs pueden obtener sobre ti instalando una simple (o no tan simple) cookie en tu navegador. La mayor parte de las veces con buenas intenciones, pero algunas de ellas, las más sonadas, con la intención de obtener beneficio por la venta de datos.
Hoy en día, las personas que estudian el comportamiento y los hábitos de los humanos tienen más información que nunca. Han pasado mucho tiempo y seguro que seguirán haciéndolo en el futuro. Recopilamos millones de datos sobre todos y cada uno de nosotros para conocernos, anticiparnos a nuestras necesidades y al final, comprar cierto.
Cuando estos datos se recopilan de forma ordenada, con consentimiento y para un fin bueno, la información que se obtiene siempre es para mejorar nuestra propia compresión de la humanidad. Pero por desgracia cuesta mucho distinguir el uso correcto del incorrecto.
Desde hace poco, los navegadores, incluso los de los móviles y tabletas, tienen la opción de activar el “No rastrear” o DNT, que son las siglas de Do Not Track. Esta es una función mediante la cual el navegador indica a las webs que visita que no desea ser rastreado y que, por tanto, no quieres que se instalen cookies de terceros.
Esto es distinto a bloquear todas las cookies, que como decía, impedirá que algunas webs funcionen correctamente. Con el “No rastrear” evitas las cookies que solo sirven para conocer tus hábitos de navegación y, por tanto, solo tienen fines publicitarios, por lo que no hará que no te funcionen las webs. Eso sí, notarás que la publicidad que te aparece no tiene relación con tus gustos. Tú deberás decidir si eso es bueno o no para ti.